Cuento nº 2: Un día de lluvia
La vida en el planeta Juanilandia era maravillosa.
Los duendecillos vivían muy felices y tenían muchos
juguetes.
Cada mañana, después de despertarse se levantaban muy
contentos, se sentaban en sus sillitas y se tomaban muy bien sus desayunos,
luego almorzaban una fruta y salían a jugar a la luz del sol.
El entorno era precioso: animalitos de todos los
colores, globos que volaban en el aire, perfumes de rosa y de canela.
Pero un día… una lluvia muy fuerte se llevó y rompió todos los
juguetes….entonces los duendecillos muy tristes se pusieron a llorar y llamaron
al príncipe:
-Oh…principito Juanlo, que vamos a hacer sin nuestros
juguetes…nos aburriremos un montón.
-No os preocupéis- dijo Juanlo- no tenéis que
inquietaros porque nosotros, habitantes de Juanilandia tenemos un don muy
importante…la fantasía y nuestra imaginación, y con este don podemos inventar
muchos juegos y construir muchos juguetes-
En aquel momento, los duendecillos dieron las gracias
a la lluvia, porque aprendieron que utilizando la fantasía se podrían divertir
mucho, mucho más.
2) Utilizar la fantasía
A veces los padres creen que
su hijo cuantos más juguetes tiene más feliz será, pero a veces realmente no
disfruta de ellos o teniendo muchos se aburre más, cuantas veces habéis visto
que jugando coge uno y lo tira, luego coge otro y otro y otro dejándoos la casa
hecha un desastre y pidiendo más atención.
También podéis haber notado
que aunque teniendo muchos juguetes lo que le llama la atención es el bolígrafo
que estáis utilizando o las llaves de vuestro coche. A los niños le gustan las
cosas del adulto, quiere ser como él, quiere crecer, no quiere sentirse pequeño.
Con un simple tetrabrik de
la leche se puede construir un rascacielos, un coche de los bomberos, con una
caja de zapatos y un folio azul un acuario, en navidad con unos vasitos de
plástico de café se hacen unas campanas maravillosas, y si no celebráis la
navidad se puede hacer un adorno muy bonito para su habitación. Con unas fotos
de una revista podéis fabricar pequeños libros y “leerlos juntos”, estimulando
su curiosidad y reforzando la afectividad.
Aquí pueden surgir pegas que
pueden ser….-llego muy cansado de trabajar- o –no se me dan muy bien las
manualidades-, papis no os preocupéis, vuestras obras no van a acabar en el
Reina Sofía y no hace falta dedicar horas a esta actividad. Bastan 10 minutos,
el niño no mirará el resultado artístico, sino solo el resultado final….eso lo
han hecho sus papas, lo han hecho juntos o lo han hecho para él….esto es lo más
importante. Habrá días que jugará solo con eso y ni mirará los demás juguetes.
Esto es muy importante para varios motivos:
1) Pasareis un rato juntos, no es la cantidad de tiempo
que pasáis con él lo que importa, sino la calidad
2) Ayudarais vuestra economía, que en tiempo de crisis
viene muy bien, enseñándole como valor añadido a no pretender tantos juguetes;
3) Vais a reciclar y a enseñar a vuestro hijo este
valor.
La
fantasía es el pan cotidiano del niño, de eso vive, si le decís que va a venir
el hombre del saco, él realmente tendrá miedo porque cree realmente que va a
venir (de esto hablaremos más delante de manera más profunda). Estimular su fantasía
y creatividad es muy importante, más de miles juguetes que sean “inteligentes”
o puramente recreativos.
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