jueves, 8 de marzo de 2012

Cuento nº 3 :Picnic en el bosque


Cuento nº3: Picnic en el bosque

En el reino de Juanilandia después de tanta lluvia, el sol decidió salir otra vez a iluminar el planeta.
Estaba muy contento de volver a trabajar, porque la luz del sol hace muy bien a los huesos de los niños y de los duendecillos, y él lo sabía.
Pero de vez en cuando tenía que descansar para que la lluvia haga su trabajo: dar de beber a las plantas y al planeta.
Ese día los duendecillos estaban muy contentos porque por fin podían salir a jugar al aire libre. Habían quedado con Juanlo y Valerius en el bosque de la Reina.
Valerius era el duende de más edad, que se ocupaba del príncipe cuando sus papás trabajaban y ese día había organizado un picnic para desayunar todos juntos.
Llegaron todos muy puntuales y se sentaron en el césped que era muy verde y olía muy bien.
-Bienvenidos –dijo Valerius- ¿Que queréis para desayunar.
 –¡Fruta y galletas!- contestaron todos- bien- dijo Valerius- aquí tenemos de todo, id vosotros y coged lo que queráis.
Todos miraron a su alrededor y lo que vieron fue maravilloso…ríos de zumos, piscinas de yogur, flores de galletas…Pero también había plantas de quesitos, lagos de leche con cereales, cataratas de batidos de fruta…cada uno de ellos cogió lo que quería y se sentaron todos juntos….
Valerius los empezó a contar….1, 2, 3……y vio que faltaba uno…o mejor dicho una: la duendecilla Rabieta.
Rabieta era una duendecilla muy rebelde, que quería todo lo que veía…empezaron a buscarla.
-Rabieta, Rabieta, Rabietaaaaaaaaaaaaaaa ¿Dónde estás?
Desde lejos se oyó:
- Aquí. Estoy aquí…¡Y quiero eso! - Estaba en frente de una verja roja que daba a la otra parte del bosque: - Quiero eso, eso y eso- gritaba.
En la otra parte del bosque había plantas especiales: flores de chocolate, plantas de bolsa de patatas fritas, piscinas de chuches, ríos de coca cola, globos de piruletas…cosas que los niños y los duendecillos deben tomar muy poco…por esto esa parte del bosque tenía una verja: era la parte de las ocasiones especiales (cumpleaños, fiestas…)
Esto fue lo que le explicó Valerius a Rabieta y a todos los demás, pero ella quería chuches y sólo chuches.
¡Qué duendecilla!!!!!!
Valerius se sentó y  le explicó:
-Rabieta, Rabietita
Con todas esas chuches
¿Sabes que te pasará?
Que a tu tripita mal le sentará.
Y luego muy importante
De los dientes
Hay que preocuparse
De vez en cuando
 se pueden tomar
Pero lo mejor
Es no exagerar.
Entonces la pequeña se acordó de una amiguita suya que tenía siempre dolor de muelas y le dio la razón al duende mayor. Se tranquilizó y se sentó con los demás y todos juntos desayunaron muy alegremente.
Ese día aprendieron una buena lección.

3) Os presento a Rabieta
Queridos papis, os presento a Rabieta, si no la conocéis ya, pronto la conoceréis, hace parte del mundo de vuestro hijo, y hará parte del vuestro, pero si seguís unos consejos básicos, así como ha venido  se irá.
Este personaje es muy importante, ya que representa una etapa muy importante en la vida de vuestro nene.
Las rabietas pueden surgir en cualquier momento y para cualquier cosa, un juguete que quiere que le compréis, algo que ven y quieren, porque no se quieren lavar, o comer o miles de motivos que a veces parecen inocentes y que luego pueden convertirse en mal hábitos. Tener buenos hábitos y buenas rutinas es muy importante. Los niños no tienen la noción del tiempo y crear unas rutinas les guía y les da seguridad.
En este pequeño cuento Rabieta me ha servido para tocar un tema que me preocupa mucho, la alimentación. Un niño pequeño debería de comer solo cosas sanas y dejar para momentos especiales (cumpleaños, fiestas en general) las chucherías, los fritos, los horneados de maíz, los bollos industriales. Este hábito depende de vosotros. Yo estoy convencida que antes de los 3 años, el peque no debería de probar estos “alimentos”, sobretodo los industriales; esto no significa que en casa no puedan comer de vez en cuando unos fritos caseros, bien escurridos, hechos con aceite de oliva, o unos bizcochos. Hay que pensar que a esa edad tampoco se lavan muy bien los dientes y todos estos alimentos favorecen la caries. Me produce tristeza ver niños que todavía llevan el chupete puesto comiéndose una bolsa de patatas fritas. Otra cosa importante, las chuches no se deben utilizar como premio. Cuantas veces decís –si te portas bien te compro unas chuches- o a veces cansados de vuestros trabajos no podéis más de escuchar –quiero chuchessssssssssssss- y se los dais para que se calle y os dejen en paz. Esto es normal, nadie os puede juzgar por esto, sois personas primero, con vuestro cansancio, humores, limites de suportación. Pero como bien sabéis ceder a este pequeño chantaje lleva a más, más chantajes, más gritos, más llantos, hasta que como os decía antes, las pequeñas rabietas se convierten en malos hábitos que os atrapan. No os sentáis culpables diciéndole NO, es una palabra muy importante, la necesitan, quieren saber hasta dónde pueden llegar y con quien, tienen que tener unas normas básicas, firmes, esto les ayudará a conocer el mundo, a integrarse en nuestra sociedad; no es bueno que el pequeño viva siempre y solo en un mundo color de rosa, no hay que decirle si a todo, eso no es la vida real, y creciendo irá a formar parte de la sociedad, con sus normas, sus horarios, sus leyes. El papel de los padres es acompañar a sus hijos en un camino para luego soltar esa mano para que pueda vivir solo, para que un día sea autónomo y pueda disfrutar  de una vida equilibrada. No le escondáis la tristeza, tenéis que  educarle y darle seguridad para que un día despegue solo. La frustración hace parte de nuestra  vida y nos ayuda a ser más fuertes. A los niños también.


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